Medidas contra el cambio climático y actuaciones medioambientales en el Castillo del Hierro

MEDIDAS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO:
– Utilización de mortero de cal.
De esta forma eliminamos las emisiones producidas por la fabricación de cemento utilizado en la construcción. Estas emisiones equivalen al 8% del total de dióxido de carbono global. También se emiten partículas y óxidos de nitrógeno y azufre. La producción de cal no produce emisiones de estos dos compuestos. Con la producción de 1 kg de cemento se emitiría 900g de CO 2 . Mientras que un 1kg de cal emite 750 g, es decir, un 16,7% menos de emisiones de dióxido de carbono.
– Ahorro energético mediante luminaria led en toda la instalación.

Este tipo de luminaria tiene una vida útil 5 veces mayor a las luces incandescentes, esto se traduce en un menor consumo de materias primas para su producción y la generación de menos residuos tras su utilización, otorgando un beneficio ambiental que no viene dado únicamente por el ahorro energético. El menor consumo de energía implica además menores emisiones de CO 2 en la producción de electricidad mediante energías no renovables.
Otro de los beneficios ambientales de la utilización de luces led es la ausencia de metales contaminantes como el tungsteno y el mercurio para su fabricación.

ACTUACIONES MEDIOAMBIENTALES Y DE CONSERVACIÓN:
– Conservación de la avifauna, especialmente centrada en el cernícalo primilla (Falco naumanni), mediante la instalación y acondicionamiento de oquedades. Se lleva a cabo aprovechando los mechinales de la muralla, en los cuales habían estado anidando. Esto contribuye, no sólo a evitar la extinción de la especie, sino al equilibro de la fauna de la
zona, directa o indirectamente, y en la cual se incluye a la paloma común (Columba livia), la tórtola turca (Streptopelia decaocto), así como pequeños roedores e insectos. La presencia de aves depredadoras como el cernícalo contribuye al equilibrio ecológico del ecosistema rural de la campiña.
– Observatorio de aves silvestres y avifauna urbana. Este tipo de instalaciones suponen un beneficio ambiental indirecto, ya que aumentan la sensibilidad del ciudadano y contribuye al cambio de actitudes con respecto al medio ambiente. Además, son una herramienta de educación ambiental que no se centra únicamente en el escenario de edad escolar, sino que abarca todos los grupos de la población.